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Un informe reciente del Banco Mundial alerta sobre el grave impacto de la pandemia en la educación de millones de niños y jóvenes en países de ingreso bajo y medio, lo que podría perjudicar su desarrollo futuro. El informe muestra que los estudiantes de hoy podrían perder hasta el 10% de sus ingresos futuros, y que el déficit cognitivo en los niños pequeños podría traducirse en una disminución del 25% en sus ingresos cuando sean adultos.
Se estima que, en promedio, un niño en edad escolar perdió alrededor de un año de educación presencial debido al cierre de escuelas, con los cierres que hubo entre marzo de 2020 y marzo de 2022. En América Latina y el Caribe, los niños perdieron 1,7 años debido a los cierres prolongados de escuelas. Los cierres y las medidas ineficaces de aprendizaje a distancia hicieron que los estudiantes no aprendieran e incluso olvidaran los conocimientos que ya habían adquirido.
En los países de ingreso bajo y medio, casi 1.000 millones de niños perdieron al menos un año completo de educación presencial debido al cierre de las escuelas, y más de 700 millones perdieron un año y medio. Esto ha llevado a un aumento de la pobreza de aprendizaje en estos países. Además, la pandemia también interrumpió otros servicios específicos que protegen y promueven el capital humano, como la atención de la salud materno infantil y la capacitación laboral.
El informe sugiere que los países necesitan invertir más en capital humano para ayudar a los ciudadanos a ser más resilientes ante las amenazas superpuestas de las crisis sanitarias, los conflictos y el crecimiento lento.
