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Un estudio conjunto llevado a cabo por Great Place to Work® y Michael Page ha arrojado importantes datos sobre la situación de los programas para grupos subrepresentados en empresas de la región. Según los resultados, solo el 25% de las compañías han desarrollado algún tipo de programa enfocado en la equidad de género y otros grupos subrepresentados, mientras que el 75% restante no ha tomado medidas en esta dirección, lo que evidencia un espacio considerable de acción a favor de la equidad.
No obstante, el estudio también señala un aspecto positivo: del 75% de empresas que no han desarrollado programas específicos para grupos subrepresentados, al menos el 40% ha enfocado sus esfuerzos en implementar procesos de gestión de talento equitativos.
Los resultados del estudio resaltan la importancia de la transformación cultural en las organizaciones como piedra angular para generar cambios radicales que creen un ambiente laboral más dinámico, receptivo, diverso y ágil, con oportunidades de desarrollo y crecimiento equitativas.
Además, el trabajo destaca que las mujeres en la actualidad exigen más del lugar de trabajo y son más propensas a renunciar si no encuentran flexibilidad o si la empresa no está comprometida con el bienestar de los empleados, la diversidad, la equidad y la inclusión. Un estudio realizado por McKinsey & Company revela que el 49% de las líderes mujeres consideran la flexibilidad como una de las tres principales razones para aceptar un nuevo trabajo, en comparación con el 34% de los líderes hombres.
Nikki Tate, Associate Principal de Page Executive, una línea de reclutamiento especializada en altos ejecutivos de PageGroup, destacó que si las empresas no toman medidas para retener a las mujeres líderes, pueden enfrentar serias implicaciones. Las mujeres líderes suelen invertir más tiempo y energía en la gestión eficiente de personas y en iniciativas relacionadas con la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), lo que contribuye a la transición hacia una cultura inclusiva en el lugar de trabajo y allana el camino para la próxima generación de profesionales.
Para lograr un progreso significativo y sostenible hacia la igualdad de género, el estudio sugiere que las empresas deben centrarse en dos objetivos principales: aumentar la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo y retener a las mujeres líderes que ya forman parte de sus equipos. Esto implica la implementación de nuevos programas y políticas corporativas que incluyan la creación de oportunidades de desarrollo y crecimiento para las mujeres dentro de la organización y el ofrecimiento de beneficios que mejoren su experiencia laboral, como flexibilidad, cuidado de los hijos y apoyo a la salud mental.
La cultura organizacional juega un papel clave en el desarrollo de mujeres líderes, y la transformación cultural puede impulsar cambios significativos en los valores, creencias, comportamientos y prácticas de la empresa para que sea más inclusiva y adaptable. Los gerentes tienen un papel esencial en esta transformación, y es crucial capacitarlos para gestionar equipos de manera inclusiva y con enfoque en DEI.
Estudios adicionales, como el realizado por McKinsey & Company en 2022, demuestran que las empresas con mujeres en puestos directivos pueden aumentar sus beneficios netos en un 6%. De manera similar, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que el 60% de las empresas que incluyen mujeres en puestos directivos han experimentado un aumento en su productividad, y el 54% ha observado una mejora significativa en su capacidad creativa e innovadora.
Finalmente, los expertos destacan el papel fundamental del liderazgo en la construcción de un ambiente laboral inclusivo. Según Juan Carlos Gutiérrez, conferencista y experto en bienestar estratégico, los mejores líderes se caracterizan por su pasión e empatía. La pasión los convierte en inspiradores y la empatía les permite establecer vínculos de confianza y respeto con su equipo.
