La amenaza fantasma de los anfibios

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En América Latina, la existencia de un hongo que ataca a los anfibios hasta asfixiarlos y matarlos es devastadora. A nivel mundial este hongo ha logrado reducir 501 especies, 428 que habitan la región, desde México hasta Argentina. Tan solo en los últimos 50 años, una cuarta parte de las especies ha perdido el 90% de sus poblaciones, y se cree que al menos 90 especies se han extinguido.

Hace tan sólo 15 años incluso los científicos de la época no creían que esto fuera cierto. Las selvas y los ecosistemas húmedos de Panamá están plagados de Batrachochytrium dendrobatidis, un hongo que invade la piel de las ranas, siendo capaz de sofocarlas hasta la muerte. En la década de 1970, nadie sabía que la población de anfibios en el mundo estaba desapareciendo debido a la influencia de este patógeno, la disminución en el número de anfibios se ha producido al mismo tiempo en todo el mundo desde la década de 1980.

En México, en la década de 1970 se identificó una ola epidémica causada por el hongo, que es consistente con el declive de las salamandras en la parte sur del país.

Cómo surgió esto

Al principio, los científicos creían que uno de los efectos del cambio climático era el aumento de la temperatura del hábitat de los anfibios, y la reducción sustancial del número de anfibios podría deberse a condiciones meteorológicas anormales. Investigadores de Brasil creen que la extinción de Anuros como Fritzian ohausi en el sureste del país sudamericano en 1979 y el rápido declive de Anuros Centrolenella eurygnatha, Ololygon perpusilla y otras poblaciones estaban relacionados con la helada anormal de ese año. Algunas personas propusieron este descenso, que puede explicarse por enfermedades infecciosas.

En 1999, los investigadores descubrieron los zoosporangios característicos de los hongos quítridos en la piel de individuos muertos de Dendrobates azureus y Litoria caerulea, especies originarias de Centroamérica y Australia pero que viven en cautiverio en Estados Unidos. Muchos autores lo describieron como el principal patógeno y lo llamaron Batrachochytrium dendrobatidis. Una vez identificados, se realizó una búsqueda exhaustiva de varios anfibios y se registró su presencia en poblaciones de Australia, África, Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.

Humedales y bosques de todo el mundo quedaron en silencio. A diferencia del sonido áspero de las ranas, solo se puede distinguir un ruido cauteloso y sombrío en el espacio natural. El patógeno mortal está terminando la función normal de la piel de los anfibios, que no puede tolerar las infecciones en el cuerpo durante más de una semana. Pero nuevos análisis demuestran que los registros más comunes de infecciones se han producido en áreas montañosas entre 1000 y 3500 metros sobre el nivel del mar, y estas áreas son endémicas y tienen una gran diversidad de anfibios según Berger y otros investigadores en 2004 y Ron en 2005.

Fuente: Samuel Valdés

El rescate de los anuros

Los planes de conservación en Panamá por ejemplo y las nuevas tecnologías de reintroducción han evitado la extinción de determinadas especies. Sin embargo, es difícil eliminar los hongos del ecosistema, en parte porque algunas especies no se ven afectadas por la enfermedad.

Los biólogos crean un ambiente similar a la selva en las vitrinas y espacios donde estas puedan reproducirse sin verse afectadas con un cuidado estricto bajo medidas de cuarentena.  Las especies que están dentro del género Atelopus son las más afectadas ya que son muy vulnerables ante cualquier variación climática y la fragmentación de sus bosques llevándolas al borde de la amenaza de la extinción y de la perdida en la naturaleza como es la rana dorada o Atelopus zeteki. En fin, esta enfermedad afecta a casi la mayor parte de los anfibios del mundo y se requiere un mayor abordaje en políticas ambientales y la investigación evitando la catástrofe causada por este hongo.

Referencias:

Hyatt, A., Boyle, D., Olsen, V., Boyle, D., Berger, L., Obendorf, D., Dalton, A., Kriger, K., Hero, M., Hines, H., Phillott, R., Campbell, R., Marantelli, G., Gleason, F., & Colling, A. (2007). Diagnostic assays and sampling protocols for the detection of Batrachochytrium dendrobatidis. Diseases of Aquatic Organisms, 73, 175–192. https://doi.org/10.3354/dao073175 | Mendoza-Almeralla, C., Burrowes, P., & Parra-Olea, G. (2015). La quitridiomicosis en los anfibios de México: una revisión. Revista Mexicana de Biodiversidad, 86(1), 238–248. https://doi.org/10.7550/rmb.42588 | Fischer, A. (2021, May 31). La prueba de embarazo que llevó al borde de la extinción a las ranas. National Geographic en Español. https://www.ngenespanol.com/ecologia/la-prueba-de-embarazo-que-llevo-al-borde-de-la-extincion-a-las-ranas/amp/ | Y. (2019, April 21). Temible hongo tuvo efectos devastadores en anfibios de Latinoamérica. Noticias ambientales. https://es.mongabay.com/2019/04/hongo-anfibios-latinoamerica/

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